domingo, 28 de abril de 2019

(2009) Stephen King - La Cúpula



"Y entonces, mientras Barbie tomaba conciencia de que técnicamente él estaba al mando de esos hombres, el sargento Hackermeyer agarró a uno de los retenidos de la kufiya deshilachada, la única prenda que llevaba puesta, y lo puso contra la pared y le apuntó a la cabeza con la pistola e hizo una pausa y nadie dijo «No» en la pausa y nadie dijo «No lo hagas» en la pausa y el sargento Hackermeyer apretó el gatillo y la sangre impactó contra la pared como lo ha hecho durante tres mil años y más, y eso fue todo, adiós, Abdul, no te olvides de escribirnos cuando estés desvirgando a esas vírgenes."

Cuenta Stephen King al final de La Cúpula que la idea para la novela se le ocurrió en 1976, pero que decidió abandonar el proyecto con el rabo entre las piernas «tras dos semanas de trabajo que dieron como fruto unas setenta y cinco páginas». No fue el gran número de personajes el motivo de la renuncia de King a continuar con el manuscrito —es de sobra conocida su pericia para manejarse con historias con altas densidades de población—, sino los detalles técnicos de la historia en lo referente a las consecuencias ecológicas y meteorológicas de la Cúpula. «Me sentí abrumado» y «el hecho de que esas cuestiones revistieran el libro de una gran importancia para mí hizo que me sintiera un cobarde, y un vago, pero me aterraba la posibilidad de fastidiarla», nos cuenta en esa breve nota final.

lunes, 22 de abril de 2019

(2017) Juan Soto Ivars - Arden Las Redes



"La concepción clásica de la censura requería un poder totalitario y unas leyes que la sustentasen, pero lo que llamo poscensura es un fenómeno desordenado de silenciamiento en medio del ruido que provoca la libertad."

Parece que hayan pasado eones desde que Peter Drucker acuñara la noción de sociedad del conocimiento, esa utopía en la que las restricciones del sistema capitalista serían superadas merced al acceso inmediato e ilimitado a la información por parte de todos los individuos. El grado y alcance de esa transformación no se limitaría al propio sistema económico, sino que desbordaría sus fronteras para transformar la propia sociedad, desde el acceso al poder —pues la información es poder— hasta las distintas maneras de relacionarnos entre nosotros. Uno de los corolarios que podía extraerse de estas ideas era el de concebir la sociedad del conocimiento como una suerte de comunidad de personas sabias. Bendita ingenuidad.

domingo, 14 de abril de 2019

(1985) Orson Scott Card - El Juego de Ender



En la antigua Esparta, los niños al nacer eran sometidos a un exhaustivo estudio que determinaba su supervivencia más inmediata. Si los bebés mostraban algún tipo de tara física o mental eran asesinados, mientras que si eran fuertes y sanos eran devueltos a las familias para su crianza. A los siete años, los niños eran despojados de sus familias y entregados al Estado para su adiestramiento físico. Los niños espartanos se integraban en unidades militares infantiles y eran endurecidos a través del ejercicio físico y la lucha. Cuando cumplían los veinte años, ingresaban en el ejército. Y a los treinta, se licenciaban pasando a desempeñar puestos en la sociedad civil. El rigor y la férrea disciplina eran los valores más importantes de aquel pueblo. La sociedad espartana era eugenésica en un sentido que a las mentalidades contemporáneas nos resulta moralmente repugnante. Y su énfasis en la militarización tanto de la vida pública como de la privada nos evoca algunas de las imágenes más oscuras del siglo pasado. Además, nuestra imagen del pueblo espartano siempre ha estado condicionada por nuestra imagen del pueblo ateniense. El hecho de que en la sociedad ateniense floreciesen las artes y las ciencias, la democracia y la filosofía, ha hecho que hayamos tratado a Esparta de forma menos condescendiente que a otros pueblos antiguos. Si unos podían, por qué no los otros. A pesar de que entre los admiradores del pueblo espartano se encuentren figuras tan dispares como Platón, Rousseau, Hitler o Frank Miller, todos estos factores han hecho que en un hipotético concurso de popularidad de civilizaciones antiguas, Esparta haya acostumbrado a no salir demasiado favorecida. Sin embargo, la Historia siempre es más complicada.

La Antigua Grecia fue un yermo desde el punto de vista de la abundancia de recursos naturales. Pero este estado de cosas no desembocó en una estrategia uniforme de desarrollo económico en las distintas ciudades-Estado. Si Atenas floreció al calor de las relaciones comerciales con otros pueblos mediterráneos merced a su privilegiada ubicación geográfica, sobreponiéndose al estado natural de escasez, Esparta optó por el aislamiento y la autarquía. Pero ese hecho no fue una decisión totalmente voluntaria. La accidentada orografía de Esparta tuvo mucho que ver. Los montes Parnón y Taigeto, si bien dificultaban —por su encarecimiento— la creación de rutas comerciales con otras ciudades, dotaban a Esparta del paisaje perfecto para configurar una sociedad dirigida hacia la guerra. Ésa era, en verdad, su ventaja comparativa en la lucha por los recursos.

lunes, 8 de abril de 2019

(1987) Stephen King - Misery



"La observaba atentamente y volvió a ver en sus ojos un brillo de incertidumbre, un deseo de creer. Bien, muy bien... La miró con toda la sinceridad que pudo fingir mientras se imaginaba otra vez clavándole un trozo de vidrio en la garganta y dejando manar hasta la última gota de la sangre que alimentaba aquel cerebro demente."

La historia de la literatura ofrece curiosos paralelismos. Como todo el mundo recordará, en Las Mil y Una Noches el sultán Schariar decapitaba a su mujer y a todas las mujeres de la corte tras descubrir la infidelidad de su esposa. A continuación, no viendo satisfecha su sed de venganza, y pensando que todas las mujeres son iguales, le pedía a su visir una esposa nueva cada día con el objetivo de matarla a la mañana siguiente. Sin embargo, la hija del visir, Sheherezade, tenía otros planes. Sheherezade se ofrecía como esposa al sultán y la primera noche le narraba un cuento. El sultán se entusiasmaba con la historia, pero Sheherezade interrumpía la narración antes de que amaneciese y le prometía que le contaría el desenlace a la noche siguiente. El sultán aceptaba y, por tanto, no la mataba. A la noche siguiente, Sheherezade repetía la misma estrategia con idéntico resultado. Así hasta que transcurrían mil y una noches, tiempo tras el cual el sultán conmutaba la pena. Las Mil y Una Noches tienen más de mil años de historia y posiblemente han influido en más de mil historias. Una de ellas es Misery, la novela de Stephen King que vamos a comentar hoy.

martes, 2 de abril de 2019

(2011) Stephen King - 22/11/63



"El pasado no quiere ser cambiado. El pasado es obstinado."

Cuenta Stephen King en una nota al final de 22/11/63 que la idea para la novela se le ocurrió en 1972. La descartó en aquel momento, en palabras suyas, porque la investigación que acarrearía parecía demasiado ardua para un hombre que enseñaba a jornada completa. Una frase que esconde su contexto. Por aquella época, King, de veinticinco años, y tras encadenar múltiples trabajos de media jornada para costearse los estudios, sobrevivía en un remolque en compañía de Tabitha, la mujer con la que se acababa de casar y que sería desde entonces su fiel compañera de viaje. Ése era el contexto de King como hombre que enseñaba a jornada completa. El contexto de un escritor que no podía permitirse las alegrías propias del que sí puede dedicarse al mundo de la investigación y la escritura a tiempo completo. El contexto de una persona que emprende el proyecto vital más importante —formar una familia— sin la seguridad económica necesaria para llevarlo a buen puerto. Un contexto bastante contemporáneo, todo sea dicho de paso... En cualquier caso, King nos habla de otro motivo: incluso nueve años después del suceso, la herida era demasiado reciente. ¿Qué suceso, qué herida? El asesinato de John Fitzgerald Kennedy. Y es que la fecha del magnicidio más importante de la historia de Estados Unidos —con permiso del asesinato de Lincoln— sirve para titular la novela que vamos a reseñar hoy.

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