(Reseña publicada en Goodreads originalmente el 12 de mayo de 2014)
"La Calle de la judería" nos narra la vida de tres generaciones de judeoconversos durante el siglo XV en Vitoria-Gasteiz. Se trata de una historia de rencores inefables, lealtades a prueba de toda duda, disputas de ultratumba, amor, odio, religión y agnosticismo -en un siglo convulso azotado por los cambios políticos, sociales y religiosos- y que ha supuesto mi primer contacto con la pluma de Toti, paisana mía.
El libro lo cogí con ganas porque me interesaba aprender un poquito más acerca de la historia de mi ciudad. Lo que no había supuesto es que el libro me iba a gustar tanto. (No soy muy aficionado a la literatura histórica; soy heisenbergiano en ese sentido: o leo historia o leo literatura, pero no ambas a la vez.) Sin embargo, ya sea porque la protagonista del libro sea la historia de mi ciudad natal, ya sea por la pericia de Toti para construir personajes entrañables, personajes de carácter heroico que no reclaman para sí los focos, personajes brutales, estúpidos y malvados o personajes de fuerte ambigüedad moral (como Juan el "rico", mi personaje preferido), ya sea porque las historias faraónicas en su desarrollo me suelen gustar una vez venzo la pereza inicial, ya sea porque la historia judía, en especial la tocante a sus numerosos destierros, causados por el odio irracional entre los gentiles, es ya de por sí digna de interés... Ya sea por alguna de esas razones, o por todas al mismo tiempo, "La Calle de la Judería" me ha gustado mucho.
Y creo que me hubiera gustado mucho también de no ser yo vitoriano. Es decir, creo que este libro puede gustarle a todo aquel que le gusten las historias bien formadas, con dilemas morales y buen ritmo en la narración. Y si te gustan las novelas históricas, ésta te encantará. Como guiño en ese sentido, decir que el libro cuenta con "cameos" de Vicente Ferrer, Abraham Benveniste, Isabel I, Tomás de Torquemada...
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