(Reseña publicada originalmente en Goodreads el 15 de mayo de 2014)
A ratos graciosa, a ratos profunda, "Redshirts" funciona como una original sátira del mundo de la ciencia ficción más light y, en especial, de Star Trek, al mismo tiempo que pretende ser una reflexión metalingüística acerca del propio acto de crear. En tanto que lo primero, funciona notablemente bien; como acto reflexivo, se queda a medias.
Un inicio explosivo sirve de pretexto a Scalzi para ir presentando uno a uno los principales tópicos y recursos narrativos baratos de las producciones de ciencia ficción malas. Todo el comienzo, a decir verdad, es bastante bueno. Es vibrante, rápido, divertido y gracioso. La escritura esquemática con preponderancia del diálogo de Scalzi cumple su cometido y nos mantiene pegados a las páginas. Las bromas veladas a los torticeros recursos de la ciencia ficción cutre hará que por momentos riamos a mandíbula batiente. Un inicio muy bueno, repito.
Pero la novela decae cuando las riendas de la narración son tomadas por la reflexión metalingüística sobre la "narrativa" de los personajes de la trama. Lo cierto es que entonces la novela empieza a descomponerse como una sucesión de matrioskas, principalmente por su uso de los tópicos: los personajes, a la hora de recuperar su libre albedrío, recurren a clichés de las novelas de ciencia ficción malas. Lo cual tiene todavía su sentido y se explica más tarde en las codas, es cierto. Pero la novela parece prometer una reflexión metafísica al estilo de "Niebla" de Unamuno que, sin embargo, no llega a consumarse finalmente.
Redshirts no es ni esa desternillante parodia que parece al principio, ni esa reflexión profunda que llega a prometer en su desarrollo. Sin embargo, no es una mala novela tampoco. Cumple con su cometido de entretener y tiene bastantes buenos momentos. Pero podría haber sido excelente si hubiera aprovechado mejor sus virtudes o si hubiera potenciado alguna de sus dos facetas.
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